lunes, 30 de abril de 2012

Día Internacional del Trabajo

El 1º de Mayo se conmemora como “Día Internacional de los Trabajadores”.  El Nacionalismo Popular que representamos depura, mejora y realza esa denominación exaltando el Día Nacional del Trabajo, porque la nacionalidad, el ser los nacidos en esta tierra orientales y no masas indiferenciadas en el magma del universo, constituye un atributo inherente a nuestra personalidad.
Saludamos en los trabajadores a las víctimas directas de los grandes flagelos que azotan a la humanidad y a nuestra Patria.  Víctimas, primero, de la acción concertada de la usura que desnaturaliza el trabajo privándolo de la estabilidad, la justa remuneración, las condiciones de salubridad, seguridad y moralidad, el derecho al descanso y la eliminación inmediata del desempleo --¡cosa tan sencilla en un país en que está todo por hacerse!--   factores todos sin los cuales el trabajo queda reducido a un término vacío para los discursos vacuos de los demagogos, duchos, eso sí, en maquillar estadísticas para encubrir los índices reales de desocupación.
Víctimas también, los trabajadores, del eterno socio de la usura y la finanza apátrida, es decir el socialismo en todas sus formas y grados, que es la garantía creada justamente por ese poder plutocrático para que las justas reivindicaciones y rebeldías obreras se canalicen por la vía muerta de las falaces “soluciones” de un pseudo-sindicalismo que los traiciona en reiteración real, y quiere hacer de cada trabajador no un hombre libre, sino un “proletario “ que depende para el mendrugo diario de su fidelidad al poder político formado por los agentes de esos mismos usureros que gobiernan sin derecho a las naciones.  A quien quiera comprobarlo, le basta mirar a su alrededor.
Saludamos a las familias de la legión de trabajadores compatriotas muertos en llamados  “accidentes” de trabajo, verdaderos homicidios causados por la omisión contumacial de cumplir normas de seguridad elementales; a las víctimas innúmeras de rapiñas –pequeños comerciantes, policías, guardias de seguridad, gente común inerme-- que el régimen se niega a combatir reprimiendo el narcotráfico, porque en su óptica enfermiza y cínica, combatir la droga “causa desempleo” (fuente: La Democracia Digital, http://www.lademocracia.info/N112/N_droga112.html).  Y también a los trabajadores de ayer –jubilados y pensionistas—sádicamente obligados por el régimen a una absoluta privación, tan distante de la regla de Lorenzo Carnelli, de que las jubilaciones son un derecho y no una dádiva.  Sin olvidar, por fin, a las legiones de estudiantes a quienes el régimen desnacionalizador quiere en las aulas únicamente para lavarles el cerebro con la seudo historia que justifica los crímenes de esos mismos gobernantes, pero a los que “garantiza” un futuro de frustración, desempleo, imposibilidad material de formar una familia, que es la célula y sostén de la sociedad.
Nuestro Nacionalismo Popular –es decir el Partido Nacional en sus valores esenciales y permanentes—reivindica una concepción del Trabajo natural y constructiva, que hoy resulta revolucionaria porque todo lo normal, saludable y constructivo está siendo pisoteado por esos hermanos gemelos: la explotación liberal y la seudo reacción marxista.  Rechazamos una concepción del trabajo basada en la lucha de clases –fórmula perfecta de la destrucción nacional—y llamamos correctamente Trabajador a todo aquel que  en su esfera de acción brega y se esfuerza por la grandeza de su país, y reclama con justicia la participación  real en la vida política, el pleno empleo y el salario familiar justo.
Nuestro Nacionalismo Popular proclama al Uruguay que queremos como una República de Trabajadores, que reúna en un haz apretado a los trabajadores manuales e intelectuales, de la ciudad y el campo, sin descartar caprichosamente de ese concepto al militar o policía que defiende la seguridad interna y exterior, al juez dotado de saber y de libertad moral para resistir las dádivas o la prepotencia del poder, al artista, al sacerdote que vela por las necesidades espirituales de sus semejantes,  e incluso a aquellos políticos –infortunadamente escasos hoy—que tengan de su misión un concepto más elevado que el de mantenerse en sus bancas vendiendo al país y al pueblo al mísero precio de sus aberrantes “necesidades”, y que en su incapacidad y desinterés por crear empleo, vivienda, salud, seguridad, educación verdadera, osan atentar contra la vida inerme de nuestros compatriotas en gestación, porque con ello lucran con el precio de la sangre que pagan las multinacionales de la industria del aborto.
En nuestro contacto diario con el pueblo al que pertenecemos percibimos un creciente despertar de la población trabajadora a estas realidades. En nosotros está forjar el instrumento político que dote al país de representantes genuinos –porque no hay legitimidad auténtica si las mayorías numéricas se basan en penumbrosos “auxilios financieros” de la usura que no se representa más que a sí misma.  Queremos que a la democracia política se aúne, como quería el gran Vázquez de Mella, una democracia social (no confundir con socialdemocracia) en que las unidades naturales de convivencia –la familia, la región, el sindicato nacional—gocen de poder político.
 Como nacionalistas, saludamos a nuestros hermanos trabajadores y como hermanos los llamamos a esta patriada.

Coronel (r) Luis María Agosto
Secretario Nacional y Orientador Ideológico
Unidad Nacionalista - Partido Nacional

viernes, 20 de abril de 2012

Capitalismo salvaje

El capitalismo no es un sistema de distribución de riqueza que beneficie a la humanidad; sino, de concentración de riqueza en manos del capital financiero y las multinacionales. Que haya sobrevivido y superado al Socialismo real en un forcejeo de muchos años, los de la Guerra frías, no es garantía de que los problemas se hayan solucionado.
Si no fuese así, ya se hubiese superado lo que originó la caída del muro de Berlín. Los problemas de desigualdad, de misería y de hambre se han multiplicado. Por eso se equivocan los que hablan sólo del fracaso de un modelo -el llamado Neoliberal- pues éste no es un modelo o variedad del Capitalismo, es en sí el Capitalismo. 
La intelectualidad esclerosada que tanto caracteriza a la izquierda vervácula de este país, pregona a todos los vientos que van a cambiar la concentración de riqueza y que se va a eliminar la generación de pobreza. Pero lo que no aclaran al común ciudadano es que lo malo de hoy es el rostro que presenta el Capitalismo desde el Consenso de Washington. 
Lo que sí es vital para nuestro concepto es la de humanizar en lo posible ese modelo, por lo menos a la espera de mejores soluciones. No hay modelo Liberal, hay sistema capitalista. Ya no hay Keynesianismo, ni Newdeal ni Plan Marshall. Lo que nos han hecho vivir no ha aparejado el bienestar del hombre sobre la tierra y va en camino de no garantizar el futuro, pues se está destruyendo el planeta por el afán desmedido de acrecentar la riqueza de los grupos mundiales hegemónicos. 
Argentina con el Menemismo es un ejemplo de esa desvastación. Por haber sido el alumno más apllicado a las directivas de ese modelo, se arrastró al país hermano a su actual situación. En Uruguay nos pasó algo parecido. El aparato productivo fue destruido como así también lo fue el mercado interno, únicos medios que hubiesen posibilitado la dinamización del aparato productivo. Esto empezó en la década de los sesenta cuando la Burguesía Agraria se unió a la financiera. 
Campeó el Imperialismo de las transnacionales financieras, que la dictadura cívico-militar no pudo o supo neutralizar. Por eso, este Grupo de ciudadanos encaezado por el Coronel Agosto en Montevideo, les invita a esta nueva gesta nacionalista. En aras de terminar con la matriz de desigualdad que nos impone un capitalismo salvaje, promulgamos la intencionalidad y voluntad política de encarar un proyecto de país con vida propia; pero fundamentalmente con rostro humano. 


Cnel. (r) Luis Agosto 
UNIDAD NACIONALISTA
 
 




 

sábado, 14 de abril de 2012

Penosa intervención pública de la Fiscal Mirtha Guianze

No sólo la Jueza Mota ha protagonizado situaciones que implican desbordamiento de los límites que la Constitución y las leyes imponen a los jueces bajo severas responsabilidades y condicionan su permanencia en el cargo, sino que ahora se agrega la insólita salida pública de la Fiscal Guianze defendiendo a ultranza, con temerarias expresiones, a la Dra. Mota, osando proclamar, obviamente sin pruebas serias, que hay un ministro de la Suprema Corte que "quiere la cabeza" de Mota. 
Si a estas situaciones idóneas para crear conmoción pública se agrega la adhesión a la polémica Jueza que proclaman asociaciones que se arrogan representatividad sindical, como PIT-CNT, FEUU, FUCVAM, más agremiaciones de "familiares de desaparecidos", etc., es motivo de asombro generalizado la pasividad contumaz de la Supremma Corte de Justicia, órgano jerarca de un poder del Estado que con su indebida tolerancia a la erosión programada de sus fueros navega en un mar proceloso, olvidando quizá que de su integridad depende el mantenimiento de la paz pública y la vigencia de lo que va quedando de los derechos y libertades de la población honesta de nuestro país. 
Otro olvido inexplicable del grupúsculo de magistrados y fiscales que faltan a su deber -pero por su influencia mancillan al cuerpo de magistrados todos-- es la sabia y elemental enseñanza del Dr. Couture: que ninguna norma de derecho se cumple, por graves que sean las sanciones que la acompañan, si los gobernados no confían en ellas, sienten que se aplican con justicia y buena fe sirven al bien común. Este es el requisito indispensable para la tranquilidad en el orden público, el que las referidas omisiones y desbordes están socavando. 
Para infortunio de nuestra Patria y de su población, no son éstos los temas que interesan al régimen imperante, sino los mejores modos y maneras de endeudar sideralmente al país, usar el derecho positivo para legalizar la destrucción de la familia y la aniquilación de la vida inocente, proletarizar a la clase media y despojar a los padres de familia de su función educadora. 
 Cnel.(r) Luis María Agosto
Líder de UNIDAD NACIONALISTA