domingo, 16 de septiembre de 2012

Despenalización del aborto: crimén de lesa patria

Me preguntaba yo el por qué del empecinamiento del Partido del Aborto (como los seres pensantes de nuestra población denominan al Frente Amplio) en su afán compulsivo de redimir al aborto intencional de su condición de Delito contra la Personalidad Humana constelado de todo el elenco de agravantes concebibles e imaginables: premeditación, alevosía, móvil de lucro, indefensión de la víctima, ensañamiento, ímpetu de brutal ferocidad, asociación para delinquir…
¿No es absurdo que el Frente renuncie a los votos de las personas normales, cuya conciencia les impedirá apoyarlo electoralmente por haber inscripto en su programa semejante objetivo?  Pero  ¡EUREKA!: encontré la respuesta, enunciada con precisión de ley histórica por Aleksandr Solzhenitsyn, no por nada Oficial de Artilleria y matemático.
Dice el Premio Nóbel en la página 640 del Tomo II de “Archipiélago Gulag”:
“La sarna espiritual no se propaga instantáneamente en el alma de la sociedad… Hay un cierto período mínimo necesario de corrupción antes de que el Gran Aparato pueda manipular a la gente”
A esa luz el enigma se disipa, y se comprende que el Partido del Aborto acepta el mal menor de perder votos con tal de abortar éticamente al pueblo uruguayo, objetivo superior aún, para sus fines, que el nada desdeñable de “legalizar” la marihuana, meta que también promueven con ahinco.
Es imperioso que todos aquellos que justificadamente se conmueven por los aspectos sectoriales de la demolición programada del país que estamos padeciendo, comprendan que la justificación y banalización del exterminio de los más indefensos de nuestros compatriotas es el instrumento más letal de que dispone el régimen para consolidar el poder autocrático, porque asesta el hachazo en la raíz misma de la comunidad, en su fundamento moral, y con él demuele el derecho, nulifica la educación, inhibe toda capacidad de reacción contra cualquier otro atropello del poder –deja a la población inerme ante el Gran Aparato que mencionaba el formidable pensador ruso— e intenta reducir a nuestro amado pueblo a una condición inferior aún a la animalidad, porque en el reino animal no se dan extremos de crueldad de semejante magnitud, legalizados y hasta santificados por el asombroso descaro de quienes no contentos con contaminar nuestro sistema jurídico con esta perversión, se presentan como filántropos acongojados por “miles” (sic) de muertes de mujeres que está comprobado fehacientemente que no ocurren. (Pero además: ¿la mitad de los bebés exterminados “legalmente” no serían, acaso, mujeres?).
Otros aspectos, si fuera preciso, acaban de condenar el Cáncer del Alma con que se intenta inficionar al pueblo uruguayo.
Uno es la presentación del tema aborto como cuestión exclusivamente jurídica o sanitaria, y ocultar a las personas desinformadas que se trata de un monstruoso negocio promovido por los grandes intereses usurarios globalizadores. Si residuos de vergüenza tuvieren, deberían abstenerse de participar en esta campaña, para no contaminarse, los políticos que saben perfectamente que hay una industria del aborto patrocinada por seres de la laya de Rockefeller y Kissinger, y que hay alicientes contantes y sonantes para los que voten la legalización del aborto.  ¿No es intrínsecamente nula una norma cuya motivación ostensible es falsa, pues la real es el afán de lucro ilegítimo de sus promotores?
Segundo, al apartar al derecho positivo tan radical y definitivamente del derecho natural como se lograría con la Ley Infanticida, sus fautores estarían privando de sustento al primero, y convenciendo con poderosas razones a la población de que el sistema democrático no tiene otro sustento que la Violencia del Voto de mayorías fugaces, en lugar de apoyarse y estar al servicio de las bases esenciales y permanentes de orden moral que para bien de nuestra nación han residido tradicionalmente en el corazón de todas las clases sociales de nuestra tierra.  La casta que se arroga poder de condenar a muerte al inocente, si lograra su torvo designio, privará de sustento ideológico a la democracia.
Finalmente, una objeción que más que política es estética, contra la Ley de la Muerte: el espectáculo repulsivo de que un bien tan sacrosanto como la vida de los niños esté siendo –también él— manipulado y negociado en los turbios “arreglos” de la baja política, en los “fifty-fifty” o en los “3 y 2” o en los “pactos del chinchulín”, o en las “transas” que los políticos venales de otrora no habrían osado poner en la mesa del garito negociador con otro partido, como se está ahora haciendo, con proyectos supuestamente menos homicidas, para captar algún voto legislativo que salve del fracaso a la legalización del infanticidio. Una vez aprobado el proyecto “intermedio”, en sucesivas “mejoras” legales posteriores --como ha pasado en todas partes del mundo--  se terminará en el holocausto hasta los nueve meses de gestación, sin necesidad de dar razones, impuesto por la violencia a los médicos bajo pena de cárcel por resistirse a matar, y pagadero por el propio pueblo víctima de este orientalicidio.

Coronel (r) Luis María Agosto Bessonart
Srio. Gral. - Orientador Ideológico
Bloque Cívico Unidad Nacionalista

domingo, 9 de septiembre de 2012

El sindicalismo en Uruguay no existe

El sindicalismo se ha desnaturalizado, es decir que ha dejado de existir.  Una actividad necesaria para el buen funcionamiento de la sociedad, hoy se partidizó totalmente y se ha convertido en un dócil e indisimulado instrumento del poder bajo la égida del Partido Comunista y del MPP, dos organizaciones en cuyo prontuario abundan los ataques alevosos contra hijos auténticos de la población trabajadora de nuestro país.
Partido Comunista, en especial, nostálgico del sistema soviético  que exterminó  a millones de trabajadores y campesinos y cuyo magno aporte a la historia de Rusia fueron los campos de concentración, inventados por Vladimir Ilich Ullianov (Lenin) y llevados a insuperable perfección homicida por Stalin y Khrushev.
Movimiento clasista llevado al poder por la casa bancaria Kuhn, Loeb y Compañía de Nueva York, cuyo principal, Jacobo Schiff, fue homenajeado al cumplirse la primera década de la Unión de Rpúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), por haber financiado la revolución roja de Trozky, Lenin y restantes verdugos del noble pueblo ruso, la primera víctima del comunismo.
El colapso del gremialismo auténtico en nuestro país quedó demostrado palpablemente en el caso del conflicto de la salud pública, con extremos tales como la presencia de uno de los Directores de ASSE Alfredo Silva, extraño personaje si los hay, en la movilización, creyendo que su estilo bisagra --es un burócrata del régimen y a la vez se presenta como agitador "clasista y combativo"-- no va a ser notada por los verdaderos trabajadores,  y todo sin que a la cúpula pitcenetista y al gobierno les haya preocupado otra cosa que la imagen, y no, en absoluto, dar respuesta  a las necesidades de atención de los grupos más pobres  de la sociedad, que como lo señaló un legislador del Partido Independiente, médico de profesión, deja sin asistencia  a los más necesitados, y tampoco da respuesta a la elemental reivindicación de un salario mínimo que permita a los trabajadpres vivir con dignidad de seres humanos, siendo que en  otros ámbitos de la administracion publica jerarcas ociosos viven a cuerpo de rey a costa del erario público, es decir del bolsillo de los propios trabajadores, y con lo que privan a los trabajadores no sólo medran personalmente, sino que pagan los intereses de la deuda externa y eterna que exigen sus capataces internacionales.
Sólo el Nacionalismo Popular está en condiciones de aportar soluciones integrales a los problemas sociales pues es el único que combate por igual a la globalización usuraria y a la falsa reacción de un seudo sindicalismo de inspiración marxista.  Es buena hora de que las personas de izquierda honestamente equivocadas sigan la enseñanza del gran Manrique:  “Aviva el seso y despierta…”.


Cnel.(r) Luis Agosto Bessonart
UNIDAD NACIONALISTA