viernes, 20 de abril de 2012

Capitalismo salvaje

El capitalismo no es un sistema de distribución de riqueza que beneficie a la humanidad; sino, de concentración de riqueza en manos del capital financiero y las multinacionales. Que haya sobrevivido y superado al Socialismo real en un forcejeo de muchos años, los de la Guerra frías, no es garantía de que los problemas se hayan solucionado.
Si no fuese así, ya se hubiese superado lo que originó la caída del muro de Berlín. Los problemas de desigualdad, de misería y de hambre se han multiplicado. Por eso se equivocan los que hablan sólo del fracaso de un modelo -el llamado Neoliberal- pues éste no es un modelo o variedad del Capitalismo, es en sí el Capitalismo. 
La intelectualidad esclerosada que tanto caracteriza a la izquierda vervácula de este país, pregona a todos los vientos que van a cambiar la concentración de riqueza y que se va a eliminar la generación de pobreza. Pero lo que no aclaran al común ciudadano es que lo malo de hoy es el rostro que presenta el Capitalismo desde el Consenso de Washington. 
Lo que sí es vital para nuestro concepto es la de humanizar en lo posible ese modelo, por lo menos a la espera de mejores soluciones. No hay modelo Liberal, hay sistema capitalista. Ya no hay Keynesianismo, ni Newdeal ni Plan Marshall. Lo que nos han hecho vivir no ha aparejado el bienestar del hombre sobre la tierra y va en camino de no garantizar el futuro, pues se está destruyendo el planeta por el afán desmedido de acrecentar la riqueza de los grupos mundiales hegemónicos. 
Argentina con el Menemismo es un ejemplo de esa desvastación. Por haber sido el alumno más apllicado a las directivas de ese modelo, se arrastró al país hermano a su actual situación. En Uruguay nos pasó algo parecido. El aparato productivo fue destruido como así también lo fue el mercado interno, únicos medios que hubiesen posibilitado la dinamización del aparato productivo. Esto empezó en la década de los sesenta cuando la Burguesía Agraria se unió a la financiera. 
Campeó el Imperialismo de las transnacionales financieras, que la dictadura cívico-militar no pudo o supo neutralizar. Por eso, este Grupo de ciudadanos encaezado por el Coronel Agosto en Montevideo, les invita a esta nueva gesta nacionalista. En aras de terminar con la matriz de desigualdad que nos impone un capitalismo salvaje, promulgamos la intencionalidad y voluntad política de encarar un proyecto de país con vida propia; pero fundamentalmente con rostro humano. 


Cnel. (r) Luis Agosto 
UNIDAD NACIONALISTA
 
 




 

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