sábado, 28 de enero de 2012

La revolución de la democracia

Ya en lucha político-electoral, queremos darles a conocer una serie de reflexiones que nos ameritan la emigración, la destrucción familiar, suicidios, inseguridad ciudadana, etcetera y algunas sugerencias emanadas del más puro sentido común y patriotismo. 
Referente al Estado y su relación con los problemas económicos, sociales y políticos, quedó demostrado que no es solo un tema vinculado a su reingenieria, sino que sus poderes están cuestionados en términos de su eficacia y aún de su necesidad. La economía de mercado requiere un Estado fortalecido, creíble y viable, que no permita nuevos espacios para la corrupción. El desafío para la clase política es construir en Estado con incrementadas formas de participación como de gestión transparente. El común del uruguayo aspira que el Estado sea productor de espacios y de ejercicios democrático. 
El Uruguay requiere un mínimo de gasto público social por debajo del cuál no se pueden alcanzar grados razonables de integración social, estabilidad política y eficiencia económica, así como canalizarlo con mayor eficacia, para asegurar que llega realmente a quien lo necesita. 
Es necesario establecer mecanismos que restablezcan la confianza y la credibilidad de la sociedad en el actual sistema político, cuyas élites político-partidarias han sido incapaces de interpretar el curso probable de los procesos sociales que ha vivido el País y de llevar adelante aquellas propuestas gubernamentales que dieran respuesta a los graves problemas que están condenados a vivir muchos sectores de nuestra sociedad.
Los actuales índices de pobreza -hasta hoy desconocidos- nos demuestran que el crecimiento económico no nos ha garantizado una mayor equidad social. Para alcanzarla es indispensable una distinta voluntad gubernamental, política y empresarial y adoptar compromisos que superen las limitaciones históricas que el ideologismo y el partidarismo de gobiernos y oposición nos han impuesto durante veinte años de democracia. 
Es muy importante el desarrollo de una nueva cultura e institucionalidad participativa para mancomunar el gasto público con la inversión privada y así bajo la modalidad de esfuerzos compartidos librar una lucha frontal contra la pobreza.
Es necesaria una reforma social que promueva realmente la equidad por fuera de todo populismo demagógico, lo cual requiere una plataforma económica que le permita a los excluidos y marginados, otra calidad de vida; que retorne la igualdad de oportunidades. Solo es posible a través de una relación fuerte entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, con la solidaridad de todos los actores económicos y políticos promoviendo una cultura del trabajo y de la inversión, con una diferente cultura política que propicie y facilite la conquista de consensos básicos, con Partidos Políticos capaces de canalizar y dar respuestas a las demandas de la gente.
Compatriotas, la virulencia con que arrancó la campaña política, como la poca racionalidad, perspectiva y madurez cívica para encarar como objetivo prioritario a Unidad Nacionalista, el generar espacios de diálogos nacionales, buscando los equilibrios básicos que nos permitan un tránsito estable y en paz a la modernidad.
Es vital alcanzar la sostenibilidad democrática contemplando la "Deuda Social". Siguen ganando sueldos miserables nuestros maestros, nuestros profesores, nuestros enfermeros, policías, soldados, lo cual sí afecta la gobernabilidad del País.


Coronel (r) Luis Agosto Bessonart
Unidad Nacionalista
















miércoles, 18 de enero de 2012

Democracia de ayer y siempre

Frente al cuadro de violencia social y política, frente a la fractura social multifactorial (crisis de la familia, indisciplina en escuelas y liceos, desorden ciudadano e irresponsabilidad); no hallo mejor mensaje que aquel que nos dejó uno de los más grandes defensores del ideal democrático. 
Él nos dice: "Para espíritus cultivados, la democracia no es sólo una modalidad política, un sistema de gobierno; es más un estado de conciencia". El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.
El modo de gobernar bien es el de emplear hombres honrados, aunque sean enemigos. Los hombres de luces y honrados son los que deberían fijar la opinión pública. El talento sin probidad es un azote. Las naciones marchan hacia el termino de su grandeza, con el mismo paso en que camina la educación. Moral y luces son los polos de una república. Un hombre sin estudios es un ser incompleto. El ignorante, que siempre está próximo a revolverse en el lado de la corrupción se precipita luego, infaliblemente, en las tinieblas de la servidumbre. La educación forma al hombre moral y para formar un legislador se necesita ciertamente educarlo en una escuela de moral, de justicia y de leyes. 
Estas son sólo unas menciones del ideario de Simón Bolívar, aquel hombre de genio creador. Nosotros creemos que si todos aquellos países donde rigen gobiernos democráticos siguieran al pie de la letra estos postulados, no creerían en los graves desaciertos que a menudo cometen, bien por un orden legal defectuoso, bien porque la administración acusa desajustes por el peso de viejos vicios o porque la ambición desenfrenada de algunos sectores se constituye en permanente amenaza contra el hilo constitucional. 
Tantos dólares gastados en consultores extranjeros que nunca nos dieron una sola solución que permitiera el juego natural de los individuos en el seno de la justicia social. ¡Cuánta deuda injustamente contraida! Como dijo Víctor Belaúnde: "Hoy como ayer, es actual el programa de una democracia bolivariana, que tenga base, lazo y alma: la base de unidad y cohesión; lazo de historia, porque la historia es memoria, espíritu y alma; esto es, deberes e ideales en los individuos y en la nación". 
Qué sencillo pudo ser. Sólo teníamos que haber sabido mirar la historia desde aquel "estado de conciencia" de Boliva. Lo que era verdad en 1813, no ha dejado de serlo casi doscientos años después. No es tarde. Pongámos a trabajar.  

Cnel(r) Luís Agosto 
UNIDAD NACIONALISTA

martes, 10 de enero de 2012

Estado, sociedad civil y sociedad política

Al comienzo de un nuevo año es el deseo de UNIDAD NACIONALISTA hacer llegar al pueblo uruguayo nuestras opiniones sobre aquellos temas que hoy nos afligen y que entendemos constituyen los grandes desafíos que toda la sociedad en conjunto debe enfrentar. 
Entre otros de igual envergadura hoy elegimos la modificación sustancial del actual papel del Estado: el problema de las relaciones entre Sociedad civil y Estado como eje central del debate nacional y motor de un nuevo gonbierno nacionalista a nivel ideológico, teórico y científico. 
Un requísito indispensable que nos está reclamando la última Reforma Constitucional; como una de las formas para que la élite política admita la posibilidad de que nuestro Estado sea el reflejo y la contrapartida de una cultura política diferente, donde gravitan más los valores, las preferencias y los comportamientos de la sociedad civil y la ciudadania, pues es necesario un inaplazante análisis de su eficiencia colectiva. 
En el actual contexto uruguayo asistimos a una crisis estructural que afecta tanto las estructuras económicas como las políticas, al mercado, al Estado y a las relaciones principalmente entre política y economía. Creemos que es al sistema político a quien corresponde afrontar esta crisis presentando un nuevo proyecto de vinculación entre sociedad cívil y sociedad política, que debería surgir de procesos simultáneos. 
Por un lado de la democratización de un mercado salvaje y unilateral, y por otro, la de un Estado pseudodemocrático, mezcla de caudillismo y clientelismo político que debería sincerar fines y funcionamiento, controlando su salud en el manejo de las finanzas, a fin de ofrecer transparencia y responsabilidad administrativa. 
Pero más nada deben someterse a análisis críticos las propuestas ideológicas tradicionales, a fin de clarificar ante la ciudadanía las insuuficiencias y las incoherencias que conllevan y que deberán superarse buscando grandes acuerdos entre las fuerzas constituyentes de este país que poseen tantas posibilidades y un poco más de 3.000.000 de habitantes. 
El proceso de democratización política en Uruguay, creemos que debe ir acompañado y precedido de un proceso de democratización ecoómica, donde los artifices principales del desarrollo deberán ser nuestros científicos y técnicos, nuestras fuerzas de trabajo y nuestros sectores populares. 
El objetivo de la  transformación de nuestra sociedad civil, basada en nuevos principios, creando nuevos espacios de autonomía política y cultural no sólo para los ciudadanos en forma individual, sino para toda la comunidad, principalmente de aquellos sectores populares que con tanto denodado esfuerzo están tratando de superar la actual alineación y exclusión, desplegando nuevas formas de organización social de participación y de solidaridad. 
UNIDAD NACIONALISTA vuelve a comprometerse con su convicción de que sin participación democrática ni equidad social, no es posible el crecimiento económico. 

Coronel (r) Luis Agosto
Secretario General de UNIDAD NACIONALISTA












domingo, 8 de enero de 2012

Respuesta a Jorge Bonica

Señor Director de EL BOCON
Don Jorge Bonica 
De mi consideración: 
Ejerzo el derecho de respuesta ante el artículo publicado en EL BOCON el 5 de los corrientes, pág. 18, titulado “La inmoralidad de los verdugos fascistas”, que versa sobre mi persona. El autor se aparta de la verdad, se propone menoscabar mi personalidad moral y profesional y exponerme al odio y al desprecio público, me imputa falazmente y sin atisbos de fundamentos graves delitos --y entorpece así la labor de la administración de justicia--, me atribuye idearios político-sociales internacionalistas contrarios a los que públicamente profeso, y a través de una inexcusable tentativa de engaño a la opinión pública, atenta contra mis derechos fundamentales, con particular énfasis del perpetrador en el desconocimiento del art. 36 de la Constitución. 
El texto, firmado “Gabriel Carvajales” (¿seudónimo?) me prodiga calificativos tales como “responsable de delitos de lesa humanidad”, “verdugo”, copartícipe en “la tarea de aterrorizar nuevamente al pueblo”, “torturador”, “escribiente cibernético del falangismo fascista”, “militante de Lacalle, Larrañaga y Pedro Bordaberry”, y múltiples otras efusiones que por su consciente falacia son la antítesis de los fundamentos de la libertad de comunicación del pensamiento. Libertad que sólo un extravío alimentado por el odio político puede concebir como medio válido de desinformar a la población, porque sabe que si a nuestros compatriotas se le exponen hechos reales y se respetan sus facultades racionales y su derecho a estar libre de engaños, les infligirán la aplastante derrota política que con toda justicia merecen y que inexorablemente les espera. 
Aunque bastaría como refutación atenernos al principio de que la carga de la prueba recae sobre el que aduce los hechos –y el artículo de marras es una colección de insultos ayuna de pruebas— permítame el Sr. Director destacar unos pocos elementos que ayudarán al lector a medir el menosprecio de la opinión pública en que incurre el autor. 
No sólo no soy “militante” de la vertiente política del Sr. Pedro Bordaberry, sino que soy y he sido siempre dirigente del Partido Nacional, sin que ningún acto, expresión o indicio pueda enrostrárseme de ambigüedad o ambivalencia en la defensa de la causa nacionalista y por lo tanto de rivalidad con las demás colectividades políticas. Dentro de mi partido, es tan groseramente falso atribuirme “militancia” a favor del Dr. Lacalle, que como fundador y líder de la agrupación “Unidad Nacional” he comparecido por escrito reiteradamente ante el Directorio de mi partido para exigir la restitución de la denominación y emblema de dicha agrupación, usurpados precisamente por el sector Lacalle-Gallinal, que los aprovechan ilegítimamente. En cuanto al Dr. Larrañaga, si bien no cooperó directamente con esa “expropiación”, merece el reproche de su omisión, como miembro del Directorio, ante el formal reclamo referido, y mal puedo “militar” en su sector. 
La referencia a la supuesta identidad “fascista” del suscripto es una muestra de la caída en picada de la educación uruguaya, puesto que el Sr. Carvajal (si tal es su nombre) evidentemente ignora que mi filiación republicana es la antítesis de la tesitura monárquica del difunto Duce, que éste sólo intentó rectificar tardíamente en Saló, en la etapa postrera que Bruno Spampanato denominó “el último Mussolini”. También debería conocer el autor del libelo –¿o es que lo conoce y calla?-- mi inflexible militancia contra todo imperialismo: años ha condené el imperialismo fascista en la pequeña Albania, y rechazando la llamada “doctrina Rodríguez Larreta” de intervención multilateral, promovida por el antiguo partido nacional independiente, he sostenido que son los propios pueblos –y no interesadas potencias coloniales-- quienes deben desalojar a sus tiranos vernáculos, aunque estos sean tan oprobiosos como el esclavista Haile Sellasie. Claro está que mis principios en la materia nunca estuvieron enturbiados por el interés sectario, ni intoxicados de ideologías, por lo cual también he rechazado –por ejemplo-- el colonialismo castrista en África, o los crímenes del terrorismo “no-de-Estado” que Castro y su embajador local confesaron públicamente haber prohijado y dirigido en nuestra región del mundo para someter al Uruguay y otras naciones al neozarismo soviético. ¿Es esa coherencia de mi ideario la que exaspera al Sr. Carvajales (si tal es su apelativo)? 
Ignorancia supina e inevitablemente risueña es también la imputación de “falangismo fascista”. Se me acusa de algo que no existe. Curando –si posible fuera-- el déficit sociopolítico del autor del artículo, lo denuncio por escribir de cosas de las que desconoce hasta los rudimentos, como que el fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, describe en sus obras al Estado Corporativo italiano como un“buñuelo relleno de viento”, e insiste en su rechazo del sistema totalitario, porque reivindica a la persona humana “dotada de un alma inmortal” ante la cual, por ello mismo, las prerrogativas del Estado, también legítimas, deben encontrar límites infranqueables, cosa que Mussolini, por insuficiente formación religiosa, no tuvo clara. Cierro esta generosa respuesta a un libelo que mis allegados me insistían en que no debía molestarme en contestar, pero no sin antes notar con pesar que en él se incurre en una pequeña mezquindad que se da mucho más en las clases económicamente dominantes que en esa población trabajadora que suda bajo “el dril de las blusas del taller” y en“los campos dorados por la mies” que menta nuestra Marcha de Tres Árboles. Esos honorables compatriotas, que los privilegiados de la fortuna vueltos guerrilleros denominaban “el cascarriaje”,nunca descendían al subsuelo ético al que llega el autor. 
Me refiero a aquellos que como él, exasperados ante el éxito editorial sin precedentes de un libro –MILICOS Y TUPAS—que combina la pluma de un diestro periodista con las verdades de a puño de este Soldado Artiguista-- se refugian en el triste recurso, hijo de su perpetua frustración, de “denunciar” que el Coronel Agosto promueve una solución de bien público al ingente problema de la basura, que ningún gobierno ha sabido resolver. ¡Y hasta se atreve a pretender un ingreso justo por su trabajo! “Echémosle una carrada de infundios para que nadie preste atención a su iniciativa de salubridad pública”. 
Imposible que esta pequeñez no evoque los ácidos versos de un grande de la poesía rioplatense, Leopoldo Lugones, cuya es esta autopsia de esos espíritus apocados: “La basura que se barre / No deja de ser basura / Y aunque por los aires suba / Basura será en el aire”.
Agradezco al Sr. Director la publicación de la respuesta que antecede.
Coronel (r) Luis María Agosto Bessonart 
Agrupación UNIDAD NACIONALISTA - Partido Nacional
Secretario General y Orientador
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Teléfonos: 2708-10-72 y 097018417
E-mail:agostobessonart@gmail.com