miércoles, 18 de enero de 2012

Democracia de ayer y siempre

Frente al cuadro de violencia social y política, frente a la fractura social multifactorial (crisis de la familia, indisciplina en escuelas y liceos, desorden ciudadano e irresponsabilidad); no hallo mejor mensaje que aquel que nos dejó uno de los más grandes defensores del ideal democrático. 
Él nos dice: "Para espíritus cultivados, la democracia no es sólo una modalidad política, un sistema de gobierno; es más un estado de conciencia". El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.
El modo de gobernar bien es el de emplear hombres honrados, aunque sean enemigos. Los hombres de luces y honrados son los que deberían fijar la opinión pública. El talento sin probidad es un azote. Las naciones marchan hacia el termino de su grandeza, con el mismo paso en que camina la educación. Moral y luces son los polos de una república. Un hombre sin estudios es un ser incompleto. El ignorante, que siempre está próximo a revolverse en el lado de la corrupción se precipita luego, infaliblemente, en las tinieblas de la servidumbre. La educación forma al hombre moral y para formar un legislador se necesita ciertamente educarlo en una escuela de moral, de justicia y de leyes. 
Estas son sólo unas menciones del ideario de Simón Bolívar, aquel hombre de genio creador. Nosotros creemos que si todos aquellos países donde rigen gobiernos democráticos siguieran al pie de la letra estos postulados, no creerían en los graves desaciertos que a menudo cometen, bien por un orden legal defectuoso, bien porque la administración acusa desajustes por el peso de viejos vicios o porque la ambición desenfrenada de algunos sectores se constituye en permanente amenaza contra el hilo constitucional. 
Tantos dólares gastados en consultores extranjeros que nunca nos dieron una sola solución que permitiera el juego natural de los individuos en el seno de la justicia social. ¡Cuánta deuda injustamente contraida! Como dijo Víctor Belaúnde: "Hoy como ayer, es actual el programa de una democracia bolivariana, que tenga base, lazo y alma: la base de unidad y cohesión; lazo de historia, porque la historia es memoria, espíritu y alma; esto es, deberes e ideales en los individuos y en la nación". 
Qué sencillo pudo ser. Sólo teníamos que haber sabido mirar la historia desde aquel "estado de conciencia" de Boliva. Lo que era verdad en 1813, no ha dejado de serlo casi doscientos años después. No es tarde. Pongámos a trabajar.  

Cnel(r) Luís Agosto 
UNIDAD NACIONALISTA

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