Una fórmula casi
algebraica:
La Declaración de Chapultepec (México, 11 de marzo de 1994)
tiene el texto siguiente, revelador del vacío de autoridad legítima que padece,
hoy, nuestra República: 3º) Las autoridades deben estar legalmente obligadas a poner a
disposición de los ciudadanos, en forma oportuna y equitativa, la información
generada por el sector público (…)”
Pero el vacío no
consiste en que esas pragmáticas legales no hayan sido sancionadas en nuestro derecho:
desde los albores de nuestra existencia institucional, las autoridades están,
sí, obligadas por la ley a informar fiel
y verazmente a la población sobre su quehacer. Obligación que impregna nuestra
legislación penal y civil y se sustenta en la Constitución, la cual autoriza la
destitución de los funcionarios por OMISIÓN (y por delito, consistente,
justamente, en la omisión). En la faz administrativa, el Decreto 500/91
establece perentoriamente que incurre en grave falta administrativa (pasible de
sumario y sanciones que pueden llegar a la destitución) todo servidor público
que no denuncie hechos irregulares de los que tenga conocimiento por razones
del cargo o que se cometan en su dependencia, o que la afecten.
La irregularidad no
consiste, pues, en falta de normas, SINO EN QUE EL RÉGIMEN LAS INFRINGE
IMPUNEMENTE: es decir que está omiso y es legalmente removible sencillamente
por ese ocultamiento que implica ilegitimidad manifiesta de todas y cada una de
las cosas que hace. Y en que un
estamento político supuestamente opositor rara vez cumple su obligación de
oponerse a una política oficial orientalicida, y convive con ella, malgrado
alguna suave y gentil critiquilla para engañar a los pocos incautos que van
quedando en la población. Oposición cuya actitud evoca la mirada, curiosa pero
que nada entiende, de los rebaños que se agolpan junto al alambrado para ver
pasar a los transeúntes. Aunque esta comparación es posiblemente injusta para
con esos inocentes cuadrúpedos que hacen la riqueza pecuaria de nuestra patria
y tienen un lugar merecido en el Escudo Nacional: Los políticos profesionales
“opositores” (con obligatorias comillas) miran, entienden, pero fingen
ignorar y, en otro símil campero, aplican la consigna irresponsable de “el que venga atrás que arrée”.
Estas alarmadas reflexiones nos sugiere la información publicada
en el semanario Búsqueda el 9-VII-2012,
que señala que la Canasta Familiar de junio ascendió a Pesos uruguayos 46.764,70.
¿Cuántos empleados públicos y/o privados ganan esta
cantidad?
En contraposición, la Canasta Gerencial suma Pesos 326.120.
¿Cuantos gerentes perciben semejantes ingresos?
El artículo no lo dice, y por eso habrá que completar la
información en otras fuentes.
Según un estudio no desmentido del Instituto Costa Duarte
del Pit/Cnt, en el Uruguay 610.000 trabajadores ganan menos de 10.000 pesos
mensuales.
820.000 compatriotas son limosneados por Planes del Mides.
En este Uruguay que registra un record de compra de autos cero
kilometro, aproximadamente 600.000 jubilados y pensionistas reciben menos de
7.000 pesos. Y nuestra presión tributaria supera la de países desarrollados como
EE.UU, AUSTRALIA o ESPAÑA y se ubica
apenas por debajo de INGLATERRA.
133 DÍAS DE UN TOTAL
DE 366 ESTAN DEDICADOS A CREAR RIQUEZAS EXCLUSIVAMENTE PARA PAGAR IMPUESTOS.
Pagamos impuestos de país desarrollado, pero obtenemos servicios de países
africanos. Con recursos récord para Salud Pública, mueren inocentes en la
puerta de los hospitales, o por falta de ambulancias adquiridas por
suscripción popular, o exterminados en ciertos CTI por mafias cuya
naturaleza y fines últimos se encubre con la limitante denominación de
“enfermeros” asesinos, como si nada existiera, en un aparato criminal que medró
tanto tiempo sin ser “detectada”, por encima de los ejecutores directos.
Por eso nos parece intolerable que según Búsqueda del 12 de
julio de 2012 un tal Echeverría, jerarca de la IMM, MANIFESTARA QUE LOS
MONTEVIDEANOS PAGAMOS POCOS IMPUESTOS ,cuando la prestación, por la IMM, de los
servicios esenciales que tiene la obligación de suministrar -- recolección de
basura, iluminación, arreglo de las calles, transporte, erradicación de la plombemia,
represión de la contaminación ambiental y acústica…-- es bochornosa, a pesar de que la recaudación
confiscatoria creció 35 millones de dólares, totalizando 547 millones de dólares;
la mitad destinada a pagar salarios. Una
Intendencia que irregularmente destina el 23,6% de los recursos
extraídos compulsivamente al pueblo en “obras sociales”, sin que al Régimen se
le cruce la idea de suprimir la dualidad IMM-MIDES. Muy lejos de hacerlo, estimula con una
impunidad manifiesta el robo de agua corriente y energía eléctrica –los
trabajadores que no roban pagan la fiesta con tarifas más altas—y fomenta el
ocio, lacra que es el caldo de cultivo infaltable en toda situación
pre-revolucionaria que en el mundo ha sido.
Es en este contexto de cifras que sólo conoce una minoría de
integrantes del pueblo ex soberano si puede costearse semanalmente la
compra de Búsqueda y además posee el nivel educativo suficiente para analizar y
cotejar cifras, es cada vez más rico el 20% de la población mimada por el
régimen de izquierda con la complicidad de una gentil “oposición” de “no-
izquierda” o “cuasi-izquierda”.
Y la clase media, ese obstáculo para los regímenes
colectivistas (recordar el genocidio de los “kulaks” en Ucrania-ttp://www.oup.com/us/catalog/general/subject/HistoryWorld/RussiaFormerSovietUnion/?view=usa&ci=9780195051803)
ha pasado a la condición de “pobres mejorados” que sobreviven a duras penas, condenados
a una proletarización completa, ideal de un régimen que a esa altura ya ni se
molestará en aplicar paliativos sociales, porque sólo existirán siervos, y no
hombres y mujeres –familias—poseedores de suficiente independencia económica.
En el breve tiempo que falta para ese “Happy End” del aberrante programa del Régimen, a los restos de la
clase media se les educa en la cultura del crédito impagable. Cumple así la izquierda internacional su
papel invariable y connatural de esbirro de la usura externa e interna.
Pero dígalo mejor que nosotros el genial Ezra Pound en su inmortal condena de
la USURA.
Coronel Luis María Agosto Bessonart
Bloque Cívico UNIDAD NACIONALISTA
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