sábado, 3 de marzo de 2012

El tema militar

En esa compleja ecuación entre guerra y paz que vive hoy el mundo, hallan un sestento y justificación filosófica de las Fuerzas Armadas de nuestros países, hoy enfrentadas a sobrevivir el "¿para qué existen?" O la quimera de la paz absoluta y duradera.
La ignorancia de las enseñanzas de la historia, la irresponsabilidad  en la búsqueda de consenso político y los recortes presupuestales que fueron el objeto de retorno de la democracia, apuntaron especialmente en Uruguay a una nueva ghettización de nuestras FFAA, desconociendo de esta manera que la conjunción de capacidades intelectuales, sociales, económicas, políticas, tecnológicas y militares son sin excepción alguos de los pilares del orden nacional. 
Si sumamos la otra alternativa que orientó al actual sistema político de labor de nuestras FFAA, haciéndoles cumplir nuevamente tareas policiales o de seguridad, en acciones no congruentes con las responsabilidades que constitucional y jurídicamente corresponden. Comprobamos que de un modo u otro fueron produciendo rispideces y situaciones inconvenientes, agravadas especialmente por el hecho de que aún no contamos con el marco jurídico adecuado a dichas circunstancias (control periférico de cárceles, control de fronteras, etc.). Sin embargo, aún hoy se siguen fomentando desconfianzas mutuas con aversiones y revanchismo que muchas veces no son producto de una historia de malentendidos y desencuentros que a nada conducen.
Es por tanto deber de la clase política proteger, mantener y proyectar el nivel operativo en nuestras FFAA con el fin de garantizar la Defensa Nacional, así como el bienestar público, rescatando la armonía, el respeto y la confianza que debe reinar entre todos los actores del quehacer nacional.
No debemos estereotipar al militar si deseamos practicar la solidaridad y ejercitar la cooperación para el logro de los objetivos generales del país, crecen en un marco de paz, de desarrollo sostenido y sostenible, de una justa redistrbución de la riqueza, de un creciente nivel de educación y capacitación científica y tecnológica que permita a Uruguay enfrentar los desafíos del nuevo orden y de una economía global. Dijimos que la defensa de la democracia no es exclusividad de las FFAA; la responsabilidad de su vigencia empieza en los poderes del Estado democrático y pasa por todos los sectores de la sociedad: el político, el empresarial, los sindicatos, la clase intelectual y todos los movimientos sociales que cconforman el entramado de nuestra comunidad.

Cnel. (r) Luis Agosto Bessonart
UNIDAD NACIONALISTA





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