En
nombre del Bloque Cívico UNIDAD NACIONALISTA, expresión blanca, pero también
Suprapartidaria, de los valores esenciales y permanentes de los orientales,
invito a mis compatriotas a un balance sobre la lucha que hemos librado en este
año y los desafíos que nos impone el venidero.
Nuestro
movimiento es la única fuerza cívica que no se ha detenido en la superficie de
los acontecimientos, sino que ha ido a las causas últimas de la dramática
situación que vive nuestro pueblo, y se ha jugado por éste.
n SÓLO NOSOTROS hemos exigido Honor
al Trabajo y Respeto al Trabajador, que es la antítesis de la política oficial de fomento del parasitismo
con dinero de los trabajadores de hoy y de ayer.
Luchamos por una República de Trabajadores, es decir por la supremacía
moral y política de todos los que
con afán solidario, sin importar su clase social, hacen algo positivo por la
comunidad: obreros, campesinos, intelectuales, educadores poseídos de la
grandeza de su misión, compatriotas de las Fuerzas Armadas y Policiales que
custodian la soberanía nacional externa e interna, religiosos que velan por las
necesidades espirituales de la gente y alivian tantos quebrantos materiales de
los pobres, estudiantes que resisten el lavado de cerebro oficial, padres y
madres que defienden a sus hijos contra la degradación oficializada de la
enseñanza.
n SÓLO NOSOTROS hemos ilustrado al
pueblo para que identifique y rechace el engaño de una pseudo-oposición y
cierto periodismo que protege al régimen llamándolo “ineficiente” o “incapaz”, para tapar el hecho de que en realidad esa camarilla está
ejecutando eficientemente un dosificado proceso de prostitución del
derecho, miserabilización económica del pueblo, degradación de la cultura,
masificación de la enseñanza, y fiscalismo confiscatorio, para alcanzar el
objetivo que ellos mismos han llamado “el puñetazo al paralítico”: la toma del
poder sin esfuerzo en una nación postrada y espiritualmente inerme. Cuando llaman “corrupto” al régimen, esos
malos políticos y periodistas también encubren al régimen bajo
apariencia de criticarlo, porque silencian su lacra principal, que es ser
cipayo de la usura plutocrática que nos está robando la Patria, antes y primero
que vaciarnos el bolsillo con ilícitos administrativos que también cometen.
Percibimos y aplicamos la verdad universal que proclamó Primo de Rivera: ”Un
gobierno marxista equivale a una invasión extranjera”.
n SÓLO UNIDAD NACIONALISTA ha
defendido al pueblo contra la acusación de los liberales de que “ha perdido valores”, porque es
precisamente el liberalismo el que inculca al pueblo que no existen valores
permanentes, que toda verdad es negociable y que el derecho no tiene fundamento
en principios intocables, y lo han convertido en un mecanismo de prepotencia
legalizada de mayorías aleatorias de individuos carentes de móviles
confesables. Esta acusación nuestra se muestra con claridad meridiana en la
entrega de la soberanía jurídica del Uruguay al desconocer dos pronunciamientos
populares coincidentes para complacer, genuflexos, a poderes internacionales
sin jurisdicción en nuestros asuntos y más tarde allanarse a la pretensión del
Grupo Gelman, lo que no dejó a los juzgadores otra opción que condenar al
Uruguay por obra del propio (des)gobierno del país que pedía a gritos que
triunfara la parte contraria. Pero el
prontuario legislativo del marxiliberalismo no acaba allí, sino que
envalentonado por sus inconstitucionalidades ha osado atentar contra la vida
inocente de los niños y haciendo un tatetí con los tratados internacionales,
violó la Convención Interamericana de Derechos Humanos (ésta no es
“políticamente correcta”) y además injuria a la noble profesión médica --de este Uruguay
que ha dado un Morquio salvador de millares de niños, y cuya historia registra
arquetipos como Gustavo Volpe, estudiante de Medicina que no dudó en ofrendar
su vida por principios que hoy se ridiculizan impunemente desde el poder
infanticida, cuyo modelo de conducta parece ser el del ejecutor de Pascacio
Báez Mena. Hemos señalado que el régimen exhibe con particular claridad su
patibulario programa al intentar instrumentar a los médicos para su plan
genocida olvidando la enseñanza de Hufeland de que “un médico sin moral sería más que una anomalía: sería un monstruo”
(Makrobiotik, Berlín, 1842) .
n SÓLO NUESTRO MOVIMIENTO realiza
con hechos el principio fundacional oribista de Independencia,
Nacionalidad y Americanismo y por lo tanto combate la dilución de nuestra
identidad política en una globalización sin fronteras espaciales ni morales.
Como blancos que cada vez escasean más en las cúpulas de nuestro partido, nos
sentimos Defensores de las Leyes y recordando que hay mil tumbas de blancos que
en guerra civil se jugaron por la legalidad, repudiamos violaciones
constitucionales como la travestizacion del Mercosur, ente económico, en un
arma política de persecución de los gobiernos que no quieran someterse a las
imposiciones del gobierno mundial. En esta esfera, con el jurídicamente inválido “Protocolo de Ushuaia” el
liberalmarxismo expone a nuestro país a una agresión exterior, porque legitima
irresponsablemente el “derecho” de países más poderosos a decretar que el
gobierno uruguayo que se les antoje no es democrático según el paladar de, por
ejemplo, las guerrilleras jubiladas Dilma y Cristina, e imponerle “sanciones”,
aislarlo, ¿invadirlo? cuando y cómo quieran.
n Nos hacemos justicia, asimismo,
por no habernos detenido en la indispensable crítica, sino elaborado medidas, planes y programas de
Restauración Nacional realistas que
podrán aplicarse sin dilación. Y que lejos de ser enunciados teóricos, han sido
acompañados en todos los casos por planteos viables e inmediatamente
ejecutables formulados generosamente y sin afán electoral a autoridades
públicas y entidades sindicales (SUNTMA y el propio PIT-CNT), en una clara
demostración nuestra de que nuestro norte es la paz pública, y no el
revanchismo torvo que exhiben los enemigos del país. Actitud probada además por ser quien esto suscribe
el autor del primer proyecto de pacificación nacional con mediación de altas
autoridades religiosas, y en este año haber accedido a relatar sin reservas al
pueblo sus vivencias de soldado, en el mayor bestseller reciente del Uruguay.
n Se destaca en este año nuestra
defensa de los trabajadores contra sectores sindicales que conducen las
reivindicaciones de salario justo y pleno empleo de sus afiliados por la vía
muerta de “paros generales” simbólicos e inconducentes y se han convertido en
la correa de transmisión del régimen.
Simultáneamente hemos denunciado el egoísmo de grandes empresarios
urbanos y rurales que financian al Frente Amplio tratando de retrasar la hora de la “dictadura del proletariado”
que ellos se merecen, pero que el pueblo no se merece. Hemos exigido --sólo nosotros-- una huelga
general por tiempo indeterminado hasta que cada uno de los trabajadores de
Pluna tenga empleo, financiado ese gasto, como manda la Constitución, con la
reparación que paguen quienes maquinaron el “suicidio” de la empresa. Y por supuesto no nos hemos acobardado ante el
terrorismo publicitario que exige “memoria y justicia” entendida como memoria
de una historia falsa y seudojusticia consistente en un Katyn vernáculo que
escarmiente a las nuevas generaciones sobre lo que “les va a pasar” si en
cumplimiento de la ley y fieles a su juramento de soldados artiguistas deben
defender al país y al pueblo ante una agresión armada extranjera, convencional
o instrumentada por mercenarios. Y no
pararemos hasta acabar con la usura, fuente y raíz del genocidio económico y de
la pseudo-reacción marxista que remacha las cadenas del sometimiento del pueblo
oriental.
n Por último --y esto abre las
puertas a nuestro programa para el año que nace-- urgimos a nuestros compatriotas
a “no esperar nada sino de nosotros
mismos”, es decir a un sano escepticismo ante la capacidad de reacción de
las oligarquías electorales. No se trata de aguardar pasivamente a que se abran
los comités y candidatos autoelegidos movilicen dineros cuyo origen tímidamente
no revelan. De lo que se trata es de que
cada nacionalista actúe, ya, se movilice, convoque, se agrupe con otras
personas responsables, y promueva el urgente relevo en la dirección de nuestro
partido, para que éste sea nuevamente un movimiento popular, como el de
Herrera, Roxlo, Quintana, Carnelli, Fernández Crespo, Barrios Amorim y no
patrimonio de personas que no pueden exhibir otro “mérito” que el ser
descendientes de otros dirigentes cuyos méritos, si los tuvieron, sus hijos y
nietos no han honrado en toda su burocrática existencia. Podemos reclamarlo del pueblo blanco, porque
nuestra lucha tesonera la hemos realizado, no desde la comodidad de las
poltronas legislativas, sino desde abajo, sin esperar reconocimiento; por
ejemplo como promotores de la creación de la Secretaría de Asuntos Sociales del
Partido Nacional.
A ese pueblo nuestro que anda y arde en la calle, UNIDAD NACIONALISTA
le abre las puertas en la certeza de que este programa nuestro --sencillo,
lógico y REALIZABLE-- despertará amplias resonancias de ecos y simpatías. Cada
hombre y mujer es responsable y protagonista. Es incuestionable que esta
próxima elección dará al país la última posibilidad antes de que el régimen se
consolide definitivamente y aplique en nuestro suelo la receta liberticida que
ha sembrado infortunio, miseria y
esclavitud en el mundo entero.
Al programa total de los enemigos
del país debemos oponer una respuesta también total. Cuando se defiende el nivel de vida de los
trabajadores y jubilados, cuando se reclama seguridad pública, cuando se
pretende una justicia auténtica y no contaminada por la política, cuando se
reivindica el derecho a la vida de los compatriotas aún no nacidos y no su
exterminio, cuando se exige una administración honesta y no corrupta, cuando se
combate la minería a cielo abierto y demás formas de desertificación del país,
cuando se reclama una educación para seres libres y responsables y no siervos
cosmopolitas adoctrinados en el escepticismo y en los goces de una sociedad de
consumo que ni siquiera se les da, cuando se exigen las máximas penas para los
corruptores de la moral pública, cuando se reclama la baja de la carga
impositiva, cuando al capitalismo salvaje progenitor del marxismo se opone una
doctrina de subsidiariedad estatal que apoye y ayude la iniciativa privada sin
asfixiarla ni tampoco permitir sus abusos, cuando se clama con justa
indignación porque mueren pacientes por falta de ambulancias pagadas con
suscripción pública, cuando se advierte que cárceles convertidas en campos de
exterminio y tortura garantizan la
irrecuperabilidad de los reclusos, todas esas reivindicaciones son una única
y misma lucha y es torpe que quien esté preocupado por alguna de ellas que
lo afecta directamente se desentienda por las restantes, en lugar de abrazar
esas otras causas con idéntico afán. Dividirnos es la fórmula infalible de la
minoría antinacional para derrotarnos.
El Bloque Cívico que tengo el honor de orientar y conducir es el
vehículo de ese gran avance estratégico y metodológico.
Coronel Luis María Agosto
Secretario General
Orientador Ideológico
Tel. 27081072
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